jueves, 13 de diciembre de 2012

Todo puede cambiar de un momento en cuestión de segundos. Una mala decisión, tomada a las apuradas o enojados. Tal vez una mala pisada o no ver algo que estaba ahí latente y esperando en nuestro camino. No decir palabras en el momento justo, callarlas y tragárselas por miedo a equivocarnos. Actuar sin pensar. Amar sin respetar. A la vida hay que tomársela en serio, porque hay oportunidades que no regresan. Sólo eso.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Periodismo posmoderno.

Hace mucho que me vengo planteando qué es el periodismo hoy para nuestra sociedad, el trato que se hace del oficio, y no sólo en Argentina, sino en gran parte de Latinoamérica, sobre todo luego de algunas conquistas que se fueron dando con la pronta aplicación de la Ley 26.522 "Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual".
A partir de esto, y del desconocimiento de muchos sectores que aún así se animan a hablar del tema en base a lo que escuchan y desconocen la práctica en síl, me plantee que el periodismo está pasando por una etapa bastante crucial en donde el periodista ya no tendría la tarea de informar, sino de analizar a los demás medios (como profesional competente ante tal necesidad) y educar a la sociedad de cómo ha de informarse. Entonces, en esta reinvención del periodismo cómo oficio, en donde en rol ahora parece ser otro, los jóvenes que estudiamos tal carrera, debemos replantearnos entonces esta función y decidir cómo ejercerla de la mejor forma.
Y con tanto barullo y descernimiento hacía el periodismo, la pregunta es: ¿El periodismo de hoy perdió credibilidad o nunca la tuvo?
Hace muchos años, en el Siglo XVIII, se decía que los medios eran el cuarto poder debido a la importancia que había tomado la prensa con su influencia directa en la opinión pública (algo que mucho no cambio). Más tarde, en la modernidad y con la caída de los relatos, muchos críticos comenzaron a reflexionar que la prensa no se limita a reflejar la opinión pública, sino que puede crear esa misma opinión pública proporcionando la información necesaria desde el medio a la sociedad y que esta misma pueda ejercer con el total de sus capacidades el derecho al análisis. 
Ahora que hicimos un review de esos "años dorados de la prensa", podríamos hablar de un momento de regresión en el sentido en que hoy los medios para ejercer influencia en la opinión pública se toman atribuciones que rozan el mal uso de la ética periodística refugiándose en la democracia, como si tal derecho les atribuyera tal credibilidad. 
Hoy, la ética periodística, que debería de ser infalible, está en cuestión. Y la sociedad o el ecosistema de medios, está tan cegado en sacar a la luz tormentosas luchas de clases tapadas de un severo morbo que esconden las grandes corporaciones de empresas mediáticas que buscan redibilidad a causa de plata mal habida y compra de poderes.
No sé cuanto nos faltará por aprender, ni cuánto nos cortará esta batalla cultural, no pretendo tampoco que sea una lucha de poderes (como se ve desde afuera), pero sí, que se haga justicia sobre esas palabras que trasforman en verdades y que no son más que sombras de una sociedad que se cree marginada porque no se siente parte.
Esta en tela de juicio hoy no sólo las prácticas políticas de nuestro gobierno, sino también las formas en que son discutidas esas prácticas, en donde todos se creen politólogos y libres de opinar. Tal vez, deberíamos también replantearnos está cuestión y que el juego de la “libertad de expresión”, la “democracia” y el “yo también tengo derechos”, no nos juegue en contra y nos quedemos en la mera queja. La idiosincrasia de una sociedad egoísta que acarrea la burla de los´90.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Suspiro...
Y no sólo escucho el sonido de mi aliento, por tercera vez, sino que miro por la puerta abierta de mi habitación y escucho ladridos entre el chillar de los grillos que resuena en mi oído.
De pronto, me sensibilizo y puedo sentir también, coreando el trazo de mi lapicera en el escribir de estas líneas, música de fondo...
Luego de unos minutos, retomo y se escucha un vehículo mientras una gota incesante no deja de caer en el baño que está al lado. Otro ladrido y otro crinar de la hoja que se queja porque la estoy ensuciando.
Vuelvo a escuchar al grillo, la luz roja de mi celular me impide continuar y todos los ruidos se vuelven uno. No es una moto, un auto, o un perro. Es la voz de mi conciencia que me pide reposo.

viernes, 5 de octubre de 2012

Filosofando en casa.

Cada vez que tengo que estudiar, a mi se me da por descubrir nuevas canciones de Sabina, soñar con Neruda y el mar, planear estrategias revolucionarias al estilo Che o cocinar (en ese orden). Eso, sin contar las ganas de comprarme un lienzo y embriagarlo de colores. MUERO DE GANAS.
O la fotografía, quizás. La verdad es que admiro mucho a los fotógrafos. Hay que ser demasiado despegados para entregar ese instante de su vida a otros. Estar del otro lado, mirando como pasan las cosas y transmitirlas. Es parecida a la tarea del periodista, no?
Pero también, quiero volver a hacer teatro y retomar mis clases de flamenco! Realmente extraño las dos cosas.
Y no es que no quiera rendir, sino que odio estar obligada a algo. Mi caprichosa alma bohemia.
Es más, hasta me puse a limpiar mi cuarto y a ordenar la ropa. (Igual, a eso, siempre lo hago antes de estudiar). Es como el primer paso: Ordenar la casa para ordenar mi cabeza.
También, viajar al campo podría ser. Me inspira.
Y ahora se me metió el templo del sol en la cabeza. Y más, que ayer ví el último video de Arjona grabado ahí, en el de Guatemala. Lindo. Muy lindo. Y con mucho verde! Parece ser un país para conocerlo pronto.
A mi no me dan miedo las cosas que pasan en Centroamerica. Prefiero mil veces estar ahí y no en Europa. Es como que siento que de la cultura europea lo puedo leer o ver en fotos pero en Latinoamerica, tenes que estar!
No creo en las imágenes que muestran los medios. O bueno, será que me gusta jugar con los límites. Y ahora con pasaporte en mano y siendo mayor de edad, es como que no pueden detenerme. No hay límites para mi, más que los que yo misma me pongo y justamente, son esos los que intento romper.
Así que por ahora, en mi casa, dejaron de lado el indisciplinado hijo para quejarse de la hija insolente y caprichosa.

Nunca un domingo.

Cuando la conoció le dijo "soy un tipo jodido y así te voy a amar: jodidamente."
La primera vez que la tuvo dormida le dijo al oído sin despertarla: "ahora tengo la llave de tu piel, cierro y me la trago. El que la quiera que me arranque el estomago." 
Después ocurrió la primera espina. Entonces él le pateo la puerta hasta que se hizo de día. Lo único que gritaba, lo que toda la noche aulló fue: "si vas a dejarme, ni se te ocurra un domingo. Nunca un domingo."
Un enamorado es un paralitico que consigue una pata de palo y se cree que va a cruzar la cordillera de los Andes.
Una noche ella decidió que no tendrían más noches, justo un domingo de invierno, demoledor, rebalsado de la peor de las tristezas: la dominguera, la única que nunca se aprende a vaciar. Esta vez el tipo no pateo ningún vidrio, simplemente se los mastico. Uso los dedos de pincel y escribió con sangre rabiosa en la única ventana de la casa que daba a la luna:
Un desenamorado es un ciego, un ciego que después de 100 años recupera la vista, justo en la mitad de la noche, y entonces grita y esta mierda es lo que hay para ver. 
Al rato se hizo lunes. Dos lunes después la había olvidado.


En Graciadió, 1997. (Raúl Perrone).

sábado, 8 de septiembre de 2012

Ella.

Era otro de esos días soleados de invierno. No pudo levantarse de la cama, apenas para ir al baño.
Anoche fue al centro médico, la doctora dijo que era un simple cuadro viral y le dio unas pastillas para disolverlas en agua, son 4 que tiene que tomar por día y se supone que con eso mas reposo, va a mejorar pronto. Pero eso aun no pasa.
Es el tercer día de reposo. No desayuno, no almorzó y mucho menos se levanto a merendar, lo extraña. 
Aunque esta acostumbrada a no verlo, porque siempre fue así -un amor de pocas horas-, últimamente, ella esta sintiendo la necesidad de tenerlo cerca mas tiempo. De hecho la ultima vez que hablaron, se envían mensajes con sus celulares cada tanto, ella le dijo: "No te pierdas. Me gusta verte.", y esa simple frase reemplazo todo lo que hubiera querido decirle, como: "Te extraño", "Te necesito", "¿Por qué no nos vemos mas seguido?". Sobre todo esa ultima frase. Ella quiere avanzar, pero cada vez que se encuentran no es mas que otra cita, y aunque el mundo se detiene solo para ellos dos, siempre llega el momento en que él tiene otras cosas que hacer. Y se van. Ella por un lado, él por el otro.
No entiende, si la pasan tan bien juntos, ¿por qué esto no avanza?. Mas allá de muchas diferencias que puedan tener, que no vienen al caso ahora, hay algo que los une y es ese algo hay que fortalecer. Se quieren, ella puede sentirlo. Lo siente cuando él la ve llegar y se detiene, le sonríe, la abraza y luego le da uno de esos besos que la hacen sentir cuan linda puede ser la vida junto a él. Esa vida, que a veces, a la noche y cuando está sola en casa se imagina. No se imagina casamiento, ni una familia, solo se ve con él, feliz, cenando por aquí, viajando por allá, compartiendo momentos importantes para ambos juntos, eso es, juntos. 
Solo quiere sentirlo mas cerca, y ser a él a quien llame cuando algo bueno le pase, cuando se entere de una buena noticia, como un nuevo trabajo o que aprobó un examen. Y qué el esté tan feliz como ella, por sus logros, la sorprenda con champagne (como una vez lo hizo) y festejen juntos hasta el amanecer.
Otras veces, se imagina llegando a su casa, despertarlo con unas ricas medialunas y desayunar juntos, porque seria la mejor forma de comenzar el día.
Y ni hablar, de las veces que esta cansada, que ambos estuvieron todo el día fuera con miles de obligaciones, y se le ocurre comprar sushi para caerle a su casa y comerlo mientras vemos su programa favorito. Y luego de unos mimos pedir helado a domicilio, para compartir. Porque lo mas lindo en una relación, es compartir.
Y así, son tantos y tantos los momentos que imagina. Pero solo quiere que sean ellos dos, nadie mas, cuando lo tiene a él, ella siente que puede dominar el mundo, es la mujer más feliz. Tan feliz, que se olvida del resto.
Sin embargo, hoy ella se siente sola, y sola porque él no es garantía. Aunque ella trate y trate de convencerse de que todo va bien y que son solo amigos, muy dentro en el fondo, o como hoy que lo exterioriza a través de estas lágrimas, ella sabe que lo ama y que sí, quisiera algo mas. Y no se anima a decirle por miedo a perderlo, porque si él no lo dice antes por algo será.
Así que, aquí esta, en su cama con la gata al lado que es quien la acompaña en cada momento de angustia y de enfermedad.
Ella no sabe como va a terminar esta historia, realmente no lo sabe porque no la quiere acabar y tampoco se anima a avanzar, porque se está muriendo de ganas por mandarle un mensaje para decirle que lo extraña y no le manda... Porque, "¿y si lo arruina?", muchas veces no le contesto, ella lo conoce y no va a arriesgarse cuando ya conoce la respuesta.
Entonces, tal vez ya sepamos cual es la enfermedad que aqueja a esta señorita, la podremos llamar amor o desamor, pero no hay dudas que hay un hombre en medio. Un hombre del que trata de guardar su identidad, un hombre aunque muy joven complicado, un hombre que sabe que la tiene a sus pies... Y ya no queda mas que seguir en esta misma situación, sin saber qué hacer ahora pero cuando se vean, hacer de ese momento el momento inolvidable que siempre es. Disfrutando el uno del otro, haciendo eternas sus miradas, sus caricias, sus palabras...

jueves, 19 de julio de 2012

I

Saludo a sus amigos, diciendo que volvía al rato y salió. Pasó por el baño, se miro al espejo, volvió a mirar su celular (para contestar por si acaso) y siguió hasta la puerta. 
Con una sonrisa en su rostro. Fugaz. Repentina. Leal. Llegó. Hacia frío. No mucho, pero hacia. Por lo que el tapado tapaba su vestimenta que había preparado para seducirlo. Y aunque no estaba previsto, fue como si ella lo hubiese predecido, sus miradas se reencontraron vidrio de por medio. Ella se acerco al auto, y aunque estaba un poco borracha, abrió la puerta y se sentó a su lado. él no iba a bajar, ya le había advertido, Así que lo acompaño dejándolo libre a qué la condujera a donde él quisiera. Fueron a cargar nafta, fue un momento en el que coquetearon, se miraban, sonreían cual niños, ella le tocaba el pelo, él intentaba conquistarla con historias... Ella moría por besarlo, él moría de cansancio, había pasado esa tarde con sus amigos jugando al fútbol y al otro día le tocaba madrugar. Se miraron otra vez, sonrieron e inconscientemente decidieron, juntos, dejar ese encuentro para otro día. Él tomo la avenida y la trajo camino a casa, mientras charlaban de posibles futuros... Un futuro que ambos veían lejanos pero les gustaba acercarlos charlando de ello. Tanto él como ella sueñan con mudarse de la provincia, independizarse y vivir de lo que mas les gusta hacer. Pero les cuesta asumir una relación, tema que evadieron durante todo momento en que estuvieron juntos, por supuesto. Llegaron a la casa de ella. Y un silencio incómodo invadió el encuentro, tal vez, ambos no querían que acabe. Hasta que ella tomó la iniciativa y diciendo, "espero verte pronto" abrió la puerta del auto, esa misma puerta que había abierto 30 o 40 minutos antes para volver a cerrarla y volver a mirarlo detrás de ese vidrio. De pronto, hizo mas frío del que hace unos minutos había sentido. Se dirigió hasta la puerta de su casa, saco las llaves y abrió la puerta, él aguardaba en su auto, volvió a mirarlo (esta vez con nostalgia) y cerró. Le costó cerrar. Paradójico.